Certificaciones. Habilidades con valor agregado.
En el mercado laboral local se ha comenzado a destacar de modo creciente el requerimiento de “certificaciones”. Sin embargo, en muchos casos aún debemos clarificar varios aspectos: ¿Qué certificación responde a las verdaderas necesidades de la empresa? ¿Qué puestos requieren verdaderamente una certificación?
Ante todo debemos clarificar qué es una certificación.
Lo que habitualmente denominamos certificación es una designación obtenida por una persona que ha cumplido y formalizado una serie de requerimientos impuestos por el organismo certificador.
Cada certificación tiene una serie de requisitos establecidos por el organismo de certificación, que deben ser cubiertos por la persona u organización que aspira a certificarse. Estos requisitos pueden ser de capacitación, exámenes a superar, experiencia laboral a acreditar, documentación a presentar, auditorias, etc. Cubiertos y acreditados estos requisitos, el organismo certificador extiende el correspondiente certificado.
¿Quién es el organismo certificador?
Bueno, en este punto hay una gran diversidad de posibilidades. Hay certificaciones extendidas por entidades educativas como universidades o institutos de educación superior, otras extendidas por organismos gubernamentales, pero lo más frecuente es que se trate de empresas u organizaciones corporativas. De aquí que el primer valor que tiene una certificación es consecuencia de su reconocimiento en el mercado.
En algunos casos se utiliza la certificación como sinónimo de licencia. Esto es un error. La licencia es un requisito exigido por la ley en algunos casos, como condición para desempeñar alguna tarea específica, mientras que la certificación es en términos generales voluntaria.La certificación de una persona solamente acredita que esa persona u organización tiene determinados conocimientos, destrezas o habilidades específicas que se adecuan al cuerpo de certificaciones del que se trate.
¿Qué se debe buscar?, ¿experiencia laboral o certificación?
Experiencia laboral y certificación no son excluyentes entre sí, sino complementarios. La experiencia laboral es irreemplazable y única en cada caso personal. Pero a esta experiencia laboral la certificación le agrega la capacidad de la persona de someterse a un proceso de acreditación, de aceptación de un cuerpo normativo y adecuarse a él, y por sobre todo, la capacidad de demostrar claramente sus capacidades. La experiencia laboral acreditada con certificación, muestra una trayectoria con valor agregado.
¿Certificación o grado académico?
Personalmente creo que la contraposición entre certificaciones y grados académicos es una disyuntiva falsa. Ambas son acreditaciones de competencias y habilidades diferentes. La conveniencia de requerir una certificación no depende de la persona en sí misma, sino de la tarea a desarrollar.
La instalación, monitoreo y soporte de dispositivos de networking (por ejemplo) requiere de un técnico certificado específicamente en las tecnologías que se implementan; un ingeniero no ha sido formado con ese objetivo. Sin embargo el diseño de un protocolo, su adecuación a la prestación de un nuevo servicio, su incorporación en un sistema operativo, esas son tareas propias de un ingeniero, para las que un técnico certificado no tiene conocimiento por el hecho de estar solamente certificado.
Hay quienes sostienen la necesidad de requerir ambos elementos: grado académico y certificación; y esta es una opción común en las búsquedas laborales que vemos en nuestros días. Esto puede ser necesario para ciertas tareas muy específicas, pero en la mayoría de los casos puede conducir en una sobre-calificación que se torne contraproducente.
Etiquetas: capacitación, certificación
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