domingo, febrero 13, 2011

En búsqueda de verdad

En función de las lecturas de verano he retomado una serie de reflexiones respecto de la comunicación, la verdad, la educación y las nuevas tecnologías.
Entre estas lecturas hay dos artículos que me han motivado particularmente.
  • Uno referido al rol de los capacitadores en el universo de la web 2.0 (ver aquí).
    Esta nota me llevó a reflexionar nuevamente sobre la relación entre los paradigmas comunicacionales, la educación (la capacitación y el entrenamiento) como una forma particular de comunicación, y los diferentes actores (docentes, alumnos) en ese proceso de comunicación.
    En este punto creo que hay mucho por trabajar, pero es imprescindible que busquemos un modelo de aprendizaje acorde a los nuevos paradigmas de comunicación. Ignorarlos sería como pretender  desconocer la influencia de la imprenta en los modelos comunicacionales del siglo XVIII.
  • El otro, está referido a uno de los más profundos e ignorados desafíos de Internet. La dificultad para encontrar la verdad que imponen no sólo las nuevas formas de comunicación, sino también la sobreabundancia de información (ver aquí).
    Hemos pasado de un modelo de reflexión en el que el problema era acceder a la información, a uno en el que entre los varios problemas que plantea el que quizás es más profundo es cómo distinguir la verdad y la información de calidad en la sobreabundancia y saturación.
Siempre recuerdo que con ocasión de una visita de Umberco Eco a Buenos Aires, en una de sus conferencias planteó el desafío que le significaba hoy preparar una disertación. Según decía (y coincido plenamente con él), hasta los años '90, cuando se preparaba un tema, uno acudía a sus propias notas, apuntes, fichas. Y cuando se contaba con la posibilidad, el acceso a una concordancia permitía revisar la opinión de un autor sobre un tema específico. El resultado de esto era una colección de una pocas citas y referencias sobre las cuáles se reflexionaba y elaboraba el propio pensamiento.
Hoy ya no es así decía Eco. Contaba que antes de partir hacia Buenos Aires un amigo le había regalado una base de datos en un CD con las obras completas de Santo Tomás de Aquino. Para preparar sus disertaciones había recurrido entonces a la nueva herramienta informática en busca de información; pero el resultado fue aterrador. Ante cada búsqueda se encontraba con decenas y cientos de referencias que le resultaba imposible procesar.
Hoy es mucho peor. Basta ingresar en Google cualquier palabra clave, para recibir como resultado de la búsqueda miles, si no decenas o centenas de miles de referencias. Seguramente la gran mayoría de ellas son similares (muchas veces copias unas de las otras), algunas de interés e importancia. Pero aún sobre esas pocas (que generalmente no son tan pocas) hay que bucear en profundidad para descubrir la información de valor, la verdad y no simples rumores repetidos al infinito.
Como proclama el movimiento Anonymous, "la calidad de una idea importa más que quién es su autor". Estoy plenamente de acuerdo con eso, pero ¿estamos educados para valorar la calidad y no la autoridad? ¿Educamos para buscar el valor de la verdad antes que el respaldo de la autoridad?
Autoridad no es sinónimo de verdad. Nunca lo fue. Pero menos aún lo es hoy.
Es por esto que he elegido dos línea de reflexión para los meses por venir:
  • Una, la referida a la relación entre verdad, libertad y nuevas tecnologías.
    Todo muy relacionado en definitiva con las posibilidades de comunicación, la ruptura de las barreras culturales, nacionales e idiomáticas, los nuevos movimientos políticos y en lo profundo, la educación.
  • Otra, la que se centra en la elaboración y discusión de un nuevo modelo de aprendizaje al que denominaré provisoriamente "aprendizaje 2.0".
    Este modelo está esbozado inicialmente en una serie de notas que publicaré progresivamente en la página de IT College, y que iré coleccionando en este post de modo de tenerlos todos en un único lugar.
Como comprenderán quienes lean esto, esto es pensar en voz alta. Es delinear un borrador para la reflexión que vaya más allá de la simple acumulación de información. Es por esto que todo comentario, aporte o reflexión es bienvenido. La característica de esta realidad 2.0 que vivimos es que lo que enriquece y contribuye a buscar la verdad no es la autoridad, sino la interacción y colaboración.


Las notas sobre aprendizaje 2.0 publicadas:
  1. Aprendizaje 2.0 Original - Copia en este blog
  2. Notas para un Docente 2.0
  3. Tool Box para un aprendizaje 2.0
  4. Notas para un Alumno 2.0
  5. ¿Es posible un proyecto de e-learning 2.0 en América Latina?
  6. El mundo de la empresa y el e-learning 2.0

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jueves, febrero 10, 2011

Aprendizaje 2.0

Este artículo ha sido publicado en el sitio web de IT College,
el 10 de febrero de 2011

Cuando despuntaba el siglo, hace 10 años, muchos hablábamos de un nuevo modelo de aprendizaje en el que el alumno es el centro del proceso. Internet ya había impactado en el modo de enseñar y aprender, y planteábamos un modelo de enseñanza en el que se ponen en juego múltiples herramientas (manuales, contenidos en línea, laboratorios remotos, bibliotecas de consulta en línea, asistencia remota de Instructores, clases presenciales, sistemas de evaluación on-line).


En el modelo de aprendizaje de hace 10 años el alumno es el centro de un proceso a través del cual, con la asistencia de un docente capacitado en las nuevas tecnologías, se adquieren conocimientos que cada uno construye de modo holístico. Ese alumno es un centro activo respecto de la construcción del propio conocimiento, pero pasivo respecto de la generación de contenidos. Todo le es entregado. 


Este modelo responde a lo que algunos llaman la web 1.0, una red de intercambio de información fascinante (la infraestructura de comunicaciones de uso público, más grande de la historia de la humanidad) pero unidireccional: los autores publican contenido que es consultado, estudiado o analizado por los Internautas. 


A mediados de esta primer década del siglo el modelo de comunicaciones de Internet ha comenzado a evolucionar hacia lo que llamamos web 2.0. Un modelo participativo y bidireccional que es caracterizado por 4 pilares: la apertura, la interacción entre pares, el acto de compartir y la actuación global como ámbito de gestión. 


Esto está cambiando todos los paradigmas del modelo enseñanza-aprendizaje. Ahora un alumno, al mismo tiempo que aprende, puede volcar sus experiencias, descubrimientos, reflexiones en herramientas como los blogs o las redes sociales. 


Estas herramientas le permiten interactuar con otros pares y con sus docentes de modo que todos se enriquecen recíprocamente. Los viejos foros han evolucionado a redes sociales con gran nivel de interactividad y multimedialidad; las páginas web estáticas evolucionan a sistemas dinámicos de administración de contenidos. Están apareciendo y cada vez son más eficientes las herramientas de tipo colaborativo que permiten que personas en diferentes puntos del planeta interactúen para el desarrollo de contenidos, código de programación, etc. 


A mi juicio, esto puede que de lugar a un nuevo modelo de aprendizaje, que bien podríamos llamar también e-learning 2.0, algunas de cuyas características me animo a enunciar provisoriamente así: 
  • Como el modelo precedente, el alumno sigue siendo el centro activo de construcción del conocimiento. El objetivo no ha cambiado. 
  • Pero ahora el alumno ya no es pasivo respecto de la generación de conocimiento, sino que se convierte en parte activa de la generación de contenidos a través de las herramientas colaborativas de segunda generación. 
  • Al universo de recursos disponibles para la búsqueda e investigación de información ahora se suman los contenidos producidos por sus pares, y las repercusiones que provocan en sus pares los contenidos por él generados. 
  • El docente deja de ser un productor unidireccional de conocimientos para ser él también receptor del resultado de su acción en sus alumnos y quienes se relacionan con él. 
Nada de esto es nuevo para los que trabajamos en educación. Los diferentes niveles de interacción entre docentes y alumnos siempre existieron. Pero lo que sí es nuevo es el impacto que esta interacción adquiere a la luz de las nuevas herramientas. Y esto impone, a mí modo de ver, un conjunto de desafíos: 
  • Los altos niveles de interacción y la amplia variedad de fuentes de consulta disponibles exigen ahora más que nunca educar para reconocer lo verdadero, lo valioso y lo útil. En un mar de miles de millones de insumos educativos debemos aprender a distinguir claramente lo verdadero de lo falso, y a seleccionar lo que mejor colabora a nuestros propósitos. 
  • El rol docente comienza a redefinirse. En un universo en el que la información es lo que abunda, no es necesario ya un docente que sea fuente autorizada de información sino que se requiere un guía que oriente y acompañe el camino de búsqueda y adquisición del conocimiento. Nuevas herramientas requieren nuevas metodologías y nuevos roles. Ya no debemos enseñar la verdad tanto como enseñar a encontrar la verdad. 
  • Pero es fundamental redefinir también el rol del alumno. Una metodología de aprendizaje 2.0 tiene sentido solamente cuando el alumno cambia su rol pasivo de receptor de conocimientos, por una mucho más activo de artífice de su propia formación personal. De nada sirve que tenga herramientas y posibilidades si se mantiene en una actitud pasiva respecto del docente. 
Las herramientas están apareciendo y perfeccionándose cada día. Pero es preciso que quienes utilizamos esas herramientas reformulemos nuestros roles y modos de trabajar para poder utilizarlas de modo eficiente y que sean impulsoras del progreso antes que obstáculos que conducen al fracaso. 


Muchas veces temo que las herramientas a nuestra disposición evolucionan a una velocidad y un ritmo que no somos capaces de sostener desde nuestro trabajo de todos los días. Es por esto que creo fundamental no sólo buscar docentes 2.0, sino también reconvertirnos a alumnos 2.0



Las notas sobre aprendizaje 2.0 publicadas:
  1. Aprendizaje 2.0 
  2. Notas para un Docente 2.0
  3. Tool Box para un aprendizaje 2.0
  4. Notas para un Alumno 2.0
  5. ¿Es posible un proyecto de e-learning 2.0 en América Latina?
  6. El mundo de la empresa y el e-learning 2.0

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jueves, febrero 03, 2011

Un universo infinito de información digital

En los últimos días se publicó que Internet había alcanzado la cifra de 2.000 millones de usuarios, casi un tercio de la población mundial. De esta manera, la infraestructura de comunicaciones de uso público más grande de la historia de la humanidad, se convierte al mismo tiempo en la más importante, rica y revolucionaria herramienta de generación y comunicación de contenidos que hayamos conocido desde la invención de la imprenta.
Una demostración de esa potencialidad es la reacción que tienen diferentes regímenes políticos cuando necesitan controlar la información que llega a sus ciudadanos: se corta Internet (como en el caso de Egipto), o se censura (como es el caso de China y muchos otros países). Creo que los acontecimientos de estos días ayudan a poner en dimensión los reclamos de Anonymous y el desafío que supone el sostenimiento de la independencia y libertad de Internet a los que me referí en un post anterior.
Al mismo tiempo que todo esto ocurre, un sitio dedicado específicamente al marketing en las redes sociales (Flowtown) publicó una infografía referida a las dimensiones actuales de lo que llama "el universo digital" (se puede ampliar la imagen haciendo click con el mouse).
De la información que se presenta destaco algunos puntos que me han parecido más llamativos:
  • Cada minuto se suben a YouTube 24 hs. de video nuevas.
  • Más del 70% de los contenidos generados en el año 2010 han sido agregados por individuos desde su casa, el trabajo o a través de teléfonos móviles. No es contenido de empresas u organizaciones.
  • Wikipedia cuenta con más de 3.000 millones de páginas o artículos.
  • Cerca del 75% de los datos almacenados en este "universo digital" son copias. Solamente el 25% de los contenidos es único.
Estos datos me ratifican en la convicción de que estamos ante un nuevo paradigma comunicacional que cuestiona y obliga a la reformulación de nuestro sistema educativo.
La información abunda y nos desborda, y ha de abundar aún más en el futuro próximo.
Cada día la información es más accesible, y si bien estamos lejos de asegurar el acceso universal a la información (que quizás debiera se agregado como un derecho elemental, en una sociedad democrática), progresivamente la penetración de Internet es cada vez más capilar y está presente en todos los estamentos sociales.
El desafío es y será bucear en ese universo digital de modo que podamos encontrar información valiosa y cualitativamente superior. Cuando la información nos deborda el problema ya no es acceder a ella, sino poder discernir y valorarla adecuadamente para quedarnos solamente con lo que es útil y contribuye a nuestros objetivos.
En un mundo donde la palabra y los discursos sobreabundan, lo que debemos aprender, es a encontrar es la verdad.
O como escuché días atrás en un programa radial, debemos prevenir los brotes de pseudodoxia epidémica.

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